Me han llegado nuevas fotos de mis familiares de Barcelona con las que puedo continuar mis comentarios sobre la ceremonia.
El desfile de los cinco caballos ataviados con sus monturas a la usanza medieval, palafreneros de a pie con banderines abriendo la marcha, conformó un espectáculo muy bonito y costoso de ejecución, pues en estos tiempos de motorización a todo pasto es una verdadera gesta que sólo se logra por la simpatía y don de gentes que derrocha mi pariente Germán.
Al llegar a casa de la novia se hizo la petición con espíritu caballeresco, recibiendo el novio las tradicionales pescozadas con su misma espada.
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