lunes, 22 de septiembre de 2008

EL COMEDOR ENGALANADO


Al oscurecer, en este ambiente festivo, nos reunimos en el comedor engalanado con mucho gusto con gallardetes, fotos de los contrayentes y pequeños tapices, que daban prestancia a dos largas filas de mesas con las sillas muy bien revestidas.

Viendo este magnífico comedor pensé lo mucho que cambian las cosas al adaptarlas en el tiempo y el uso que el hombre sabe sacar según las circunstancias que le rodean.

El edificio en el que nos encontrábamos, prestos para cenar, fue edificado para servir de panera donde los monjes guardaban los muchos diezmos que recogían de una extensa zona cerealista cuyo centro era Sahagún.

Después de la desamortización de Mendizábal pasó a la familia Corral y un miembro de esta, Julio, cuando se fundó el Servicio Nacional del Trigo, se la cedió en arriendo al organismo público y se convirtió en la panera de más capacidad de Sahagún y su comarca.

Una larga alfombra central conducía hacia una especie de dosel donde los novios presidieron el banquete y sirvió para que los cantantes y prestidigitadores lucieran sus habilidades.

Un grupo de gaitas gallegas, con el especial afecto del novio, amenizó la cena, en la que, a mi entender, el punto de más emoción lo protagonizó una amiga peruana de los novios, que ofreció a Peggy un baile tradicional de su país que resultó movido y vistoso. Cuando Peggy la abrazó para darle las gracias nos emocionó por lo espontáneo y natural que lo hacen cuando expresan sus sentimientos.

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