lunes, 22 de septiembre de 2008

POSTRIMERÍAS DEL BANQUETE


Seguidamente se partió la tarta nupcial con la misma espada que portaba el novio.
Después de un rato de juegos malabares, baile y música de gaita, un especialista en queimada gallega procedió a hacerla con todo el ceremonial de ritos y conjuros que la ocasión requería. Al encenderla con las luces apagadas, el resplandor de las llamas, el aguardiente en llamas derramado por el piso y las palabras del brujo, ofrecían un espectáculo muy parecido al de las meigas gallegas.
Consumida alegremente la queimada, cerró el acto la quema de unos fuegos artificiales.
Este es el resumen de una ceremonia preparada a conciencia por los novios, que se sentirán muy satisfechos por la colaboración espontánea que han tenido y la mucha afluencia de público que acudió a la ceremonia.

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