sábado, 24 de enero de 2009

COMENTARIOS SOBRE UN LIBRO


Incluyo en este blog un resumen del libro que escribí hace ocho años titulado EN LA TIERRA DE CAMPOS (Memorias de un labrador).
Quiero añadir unas pinceladas que he entresacado y representan los varios temas que abarca.










Al principio describo los caracteres de mis familiares, maestros y personajes tradicionales que se ganaban la vida en esta región.


Del capítulo referente a mi abuela Patricia tomo este párrafo: “En la fiesta del pueblo, mi abuela se sentaba a la puerta de su casa sobre una silla de anea, luciendo amplios manteos, cuyos pliegues la llegaban a los pies.
Llevaba sobre los hombros una esponjosa toquilla, cuyas puntas cruzaban su busto y se sujetaban con elegancia a la cintura. Su rostro, algo arrugado, denotaba la blancura que debió tener de joven, así como los finos hilillos rojo-morado de sus mejillas.
Sus orejas, con lóbulos rasgados de arriba a bajo, delataban su coquetería juvenil, al haber usado largos y pesados pendientes. Sus ojos, de mirada limpia, había conseguido mantenerles lozanos con métodos antiguos pero efectivos. Conservaba todavía una abundante cabellera blanca, que recogía en un trenzado moño bajo la nuca”
Y termino el capítulo con esta sentencia “Si es cierto el refrán que dice: No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita, mi abuela fue millonaria por hacerle falta tan poco en los noventa y tres años que disfrutó de vida tranquila, sin el ajetreo y estrés que actualmente sufrimos.
Envidio su suerte, al no tener en ese trance supremo ningún dolor ni fatiga alguna, muriendo plácidamente como una vela que apaga la suave brisa de la naturaleza, que exige morir a todos los que hemos nacido.”


Del capítulo de los componedores elijo este párrafo: “De todos los transeúntes que pasaban por estos pueblos, los más útiles eran los componedores. Eran gente pacifica que vivían de su trabajo y para los que no era válido el eslogan de “usar y tirar”. Arreglaban, se puede decir, toda clase de utensilios, fueran de barro, lata o porcelana.”


















En el capitulo de “la picatuesta”,que así se llamaba la matanza tradicional y comunitaria del cerdo, explico toda la gama de tradiciones que confluían en esta celebración y termino con este poema laudatorio.

Aprovechándolo todo,
el cerdo de siempre ha sido
el principal alimento
del sustento campesino.

Con muy voraz apetito
el cerdo bien asimila
toda clase de alimentos
y restos de la comida.

Pensándolo seriamente,
paradojas de la vida,
que un animal tan grosero
de tantas cosas nos sirva.

Que nos valga de humildad
al hombre tan engreído
pues todo nuestro interior
es el mismo del cochino.

Además de alimentarnos
de de publicitario ejerce:
fama les da a muchos pueblos,
según sus carnes presenten.


Con verduras y con grelos
en Galicia dan lacón
y bien asado en el horno
en Segovia dan lechón.

De la exquisita morcilla
en Burgos hacen honor
y no menos orgullosos
en Guijuelo su jamón

En Punto radio del Olmo
hace mucha promoción
de Ponferrada,su pueblo,
y del botillo, su amor.

Chorizo de Cantimpalo,
embutido pamplonica,
butifarra catalana
y productos de Revilla.

Al buen cerdo hemos de dar
respeto y admiración
por lo mucho que reporta
a nuestra alimentación.













En el tema de las ferias explico los diferentes caracteres del ganado mular, el más usado en las labores agrícolas y las muchas molestias que suponía el trasporte andando desde León, Mansilla y otros lugares más lejanos.













Detallo el tema de “los correates” “Como en toda aglomeración humana, las ferias son el paraíso de tratantes y especuladores, que se rodean de una camarilla de vividores y hasta que les coges el truco, pueden hacerte la vida imposible.
Cuando ibas a vender un animal, se te acercaba un correate a primera hora y te ofrecía un precio igual o incluso mayor al que querías venderlo. Como acababas de llegar y no tenías concretado el precio, no podías cerrar el trato. Para desconcertarte más, mandaban a varios compinches y cada uno iba bajando el precio del primero.
Si ibas a comprar, se te arrimaban disimuladamente para saber la clase de mula que necesitabas, y empezaba el correate. Uno te ofrecía una ganga, por ser de una pobre viuda que tenía que vender por necesidad. Otro se pasaba todo el día llevando a dar agua al animal que querían meterte, pasando siempre por delante de tus narices.
Como estas había otras mil artimañas que inventaban cada día, como si se tratara de timadores profesionales”


En el capítulo de caracteres juveniles he tratado de explicar el modo más habitual que teníamos los jóvenes de relacionarnos.
“Antes de escribir esto he pensado si debía hacerlo o no, pues sólo pretendo, con el mayor respeto posible, mostrar el carácter de las chicas que traté en mi juventud; y, para que nadie piense que lo hago por vanagloria, le diré que por cada caso que establecía comunicación, me ganaba dos soberanas calabazas de las que no querían saber nada de mí.


Esta proporción puede ser normal en los jóvenes que, como yo, utilizábamos cualquier pretexto para acompañar a casa a la acompañante de baile o paseo y poder así relacionarte mejor. No voy a caer en la modernidad de llamarlas amigas, pues estimo que en la relación hombre-mujer la sabia naturaleza nos ha dotado, además de con la amistad, con sexos diferentes, a fin de que la atracción mutua se convierta en un estado gratificante para ambas partes”




En el epílogo, resumo lo que ha sido nuestra vida siempre orientada al bien de nuestros hijos.
“Los achaques de la edad, tanto mi esposa como yo los tenemos asumidos y, mientras nos podamos valer, procuraremos que pasen los años con la tranquilidad y sosiego de buenos castellanos, ni envidiosos ni envidiados, cosa nada fácil en el ambiente de estos pueblos.
Sería ofender a Dios si me quejara de la trayectoria de mi vida. Orgulloso me siento de haber nacido de padres labradores, que me inculcaron el amor al trabajo. Afortunado me considero por haberme casado y haber tenido, en feliz matrimonio, cuatro hijos, a los que ayudamos cuanto pudimos. Felices estamos de verles casados y bien situados en la vida.
Personalmente he rebasado los ochenta y dos años sin demasiados achaques, y mi mujer y yo disfrutamos de una vejez libre de agobios y problemas, viendo pasar en paz los años que nos queden de vida.”
















En las bodas de oro que celebramos hace ya cuatro años detallo los actos que tuvimos. Para muchos jóvenes fue una novedad.
Con el apoyo entusiasta de todos nuestros hijos, deseamos que la celebración agradara al pueblo y a todos los invitados, dejándoles un buen recuerdo.















Para nosotros, sin duda fue un gran día, pues tener reunida en día tan señalado a toda la familia colma de felicidad a los padres, que sienten el legítimo orgullo de haber preparado bien a sus hijos, para que cuando faltemos sean dignos sucesores nuestros.”

















Con estos apuntes he querido mostrar lo variado de los temas desarrollados, con un tipo de escritura sin pretensiones, utilizando palabras corrientes, que puedan comprender tanto jóvenes como mayores.
Para que esta comprensión sea mayor, al final del libro, incluyo un vocabulario bastante completo de las voces regionales, que no hace muchos años se usaban en esta zona de campos.


Además de la venta en varias librerías, podéis consultar en la página de internet

www.librosconhistoria.com o llamando al teléfono 609 408 204

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