viernes, 10 de abril de 2009

CRUCERO POR EL EGEO Y EL ADRIÁTICO

ESTAMBUL
Un buen grupo de jubilados del Club de los 60 fuimos convocados en VILLANUBLA.
A las doce menos cuarto salimos de Valladolid con buena visibilidad. El cuadriculado de las fincas, en esta época, y el verdor frondoso del cereal contrasta con el ocre de los barbechos, formando un conjunto, que desde el aire, parece un cuadro de pintura moderna.
Se da la circunstancia que en esta zona, al ser las fincas más pequeñas, han tenido que hacerlas de diferentes formas.
Debido a que esta zona sería de las primeras en concentrarse, los ingenieros, no sé si por distracción o capricho, han trazado fincas completamente circulares y otras octogonales, cosa poco vista en nuestra tierra.
Alguna mancha de monte hace el contrapunto en todo este conjunto, al que las amapolas y rábanos con sus vivos colores contribuyen a hacer más policromado.
Cuanto más volamos hacia el Este se van haciendo las fincas más pequeñas y de formas caprichosas. Da la impresión de no estar concentradas.
Los pueblos se los ve más grandes y junto a ellos terreno labrado. Lo demás monte y de montañas no muy pronunciadas.
Pasamos cerca de Madrid, Cuenca y Valencia y por el lado izquierdo de Mallorca. Siguiendo por el Mediterráneo encontramos a Córcega, Italia, Albania, Grecia y Estambul.
Córcega se ve con terreno montañoso y poco labrantío, amplias playas y estaba cubierta de bajos cúmulos nimbos, acaso debido a una potente evaporación.
Al poco tiempo se ve Italia como una franja de tierra estrecha, de características parecidas a las de Córcega.
Según avanzamos hacía el Este en un pequeño trayecto, nos vimos envueltos en una neblina indeterminada situada a media altura entre el mar y el avión.
Albania y Croacia son muy montañosas, con anchos ríos repletos de arena, que se asemejan a playas interiores.
Grecia es un constante pasar de golfos, cabos, ensenadas y muchas islas diseminadas por el mar.
El avión sufrió varias zonas de turbulencias leves, que pudieron ser debidas al continuo pasar por zonas de mar y fajas de tierra.

Después de más de cuatro horas de vuelo divisamos Estambul, dividida por el estrecho del Bósforo y cuyo gran aeropuerto está situado en la zona asiática, mucho más llana y espaciosa que la europea. La hora oficial es una de adelanto sobre la nuestra, debido a su posición más al Este, por cuanto el Sol sale y se pone antes.
Turquía fue poblada por habitantes que en sus orígenes eran mongoles. Luego con el gran imperio romano se fueron mezclando con árabes y otros pueblos limítrofes.
La gran explosión del pueblo mongol por todo el Occidente acrecentó el poder del pueblo turco, convirtiéndose en el azote temible de toda la cristiandad y demás pueblos del Occidente europeo..
El ingreso en la comunidad Europea encuentra muchos escollos, tanto por nuestra parte como de la suya, pues existen muchos grupos radicales que no son capaces de olvidar la enorme rivalidad que existió con los europeos por dominar el Mediterráneo, que llegó a estar casi bajo su dominio.
Su fuente principal de recursos lo proporciona el turismo. Debido a su situación geográfica entre dos continentes, desde la antigüedad convergían las principales rutas comerciales. Actualmente también tiene un comercio muy activo y desarrollado con todo el mundo.
Estambul es una inmensa colmena humana, pues entre los dos lados del estrecho del Bósforo, al que llaman El cuerno de oro, suman 15 millones de habitantes de los que el 35 por ciento tienen menos de treinta años. En Estambul convergen también las principales compañías de recreo en cruceros por el buen atraque que tienen en esta magnifica bahía.
El nombre de Estambul ha sufrido muchos cambios. Primeramente se llamó Bizas o Bizancio y fue la capital del Imperio Romano de Occidente. Luego Constantinopla en memoria del Gran Emperador Constantino y finalmente fue llamada Estambul desde 1453, cuando la conquistó el sultán Mohamed II.
También tenían preponderancia en los textiles, hasta que los chinos han inundado el mercado mundial con sus productos.
Visitamos una fábrica de alfombras y nos enseñaron unos modelos fantásticos. Dominan todas las técnicas, tanto del tejido como la utilización de los materiales más diversos.
Su fuente principal de recursos lo proporciona el turismo, principalmente en Estambul, debido a su privilegiada situación geográfica entre dos continentes, donde convergieron siempre las principales rutas comerciales.
Su estupenda bahía sirve de atraque tanto a los numerosos cruceros de turismo como a los que transitan por el estrecho para pasar al mar Negro

El Estambul europeo, que es el primero que se fundó, está cuajado de mezquitas, palacios y otros monumentos que atestiguan el gran auge que llegó a tener el gran imperio otomano.
El guía nos previno contra las malas mañas que deben tener los taxistas que en nada contribuyen a estabilizar el creciente turismo.
Como el diecinueve por ciento de su población árabe fueron siempre muy aficionados al agua, todavía se conserva una gran cisterna en desuso, donde recogían el agua de lluvia cuya capacidad era de 80.000 m3.
El puente colgante que une las dos partes de Estambul fue construido e inaugurado en el año 1970.

Lo construyó una empresa japonesa por un importe de ciento treinta millones de dólares. Su altura sobre el nivel del mar es de sesenta y cinco metros y su longitud total es de 1510 metros. Su anchura es de 39 metros y sólo circulan vehículos, estando prohibido el tránsito de peatones.
En las horas punta sufre enormes colapsos que tienen que ser resueltos con la ayuda de una bien montada red de trasbordadores.

El Gran Bazar es un gigantesco conjunto de tiendas sobre cuya puerta reza un monograma del sultán Adurmecio que dice “Dios quiere al que hace negocios”. De verdad que pueden hacer muchos en las 4400 tiendas en las que se brindan las más extrañas mercancías.
Llama la atención las 1500 joyerías instaladas, y cuyos escaparates contienen unas diez toneladas de oro.
Los joyeros, muy hábiles, quieren aparentar que venden las joyas al peso poniéndolas en básculas de precisión calculando muy serios su precio fijo. Pero el espíritu arraigado del regateo les traiciona, y si ofreces la mitad de lo que te pidieron, en muchos casos te puedes quedar con la compra.




La gran mezquita de Santa Sofía, nombre que significa sabiduría, es la más emblemática de todas las muchas que aquí hay. Pero como actualmente no se da en ella culto alguno, ha quedado como museo en el terreno de nadie. La iglesia ortodoxa no la apoya y el gobierno no hace tampoco en ella muchos desembolsos.

Da pena ver el estado tan deteriorado en que están sus buenas pinturas al fresco. En la gran cúpula central tienen montado un andamio, que, según me han dicho, lleva así muchos años. Algunos creen que es para justificar las inversiones que no llegan a realizarse.
Si los ingresos de la gran cantidad de turistas que la visitan no sirven para mantenerla decorosamente arreglada significa que estos se destinan a otros fines, pudiendo estar matando la gallina de los huevos de oro.
En sus magníficos jardines anexos han querido perpetuar el paso de otras comunidades, levantando un obelisco con caracteres egipcios. Otro, que está roto por su base, era de bronce y representaba a tres cabezas de serpiente.
También se conserva otro de gran altura y piedra tosca, donde se ven las perforaciones que sirvieron para mantener las muchas y valiosas lápidas de bronce que los cruzados se llevaron para Europa como botín de guerra.
La mezquita Azul está mejor conservada, porque en ella se lleva a cabo el culto musulmán.
Exigen entrar descalzos según prescribe el rito musulmán. Tiene muchas y buenas alfombras en las que predomina el color azul de la que toma el nombre.
También gana a la de Santa Sofía en minaretes pues esta tiene seis y la otra solamente cuatro.

1 comentario:

Unknown dijo...

Abuelo, veo que ahora te ha dado por la rama de las guías de viajes, jajaja. Que envidia me dáis! Pero al mismo tiempo me encanta que en cierta manera, gente que no haya tenido la oportunidad de viajar de un lado a otro, lo haga ahora, disfrutando de ellos como lo podemos hacer todos.

A ver cuando consigo ver Estambul, que de momento lo tengo proyectado a largo pero a la espera de que coja forma.

Un besote enorme Abuelos Viajeros!