viernes, 11 de diciembre de 2009

CARACTERES Y HABLA DE LOS ARGENTINOS




El pueblo argentino que ha sido formado por gente de muchos países,con el fenómeno natural del mestizaje ha sabido asimilar todos sus caracteres genéticos y de esta amalgama de culturas ha surgido el argentino actual.



Si nos remontamos a los indios querandíes que habitaban estas tierras antes de la venida de los primeros colonizadores españoles, se comprende que debían de estar bien organizados y ser muy valientes, pues expulsaron a los de la primera expedición. Tuvieron que pasar 50 años para que empezara la colonización definitiva y se fijara el primer asentamiento español.
Como el español en todas sus conquistas nunca hizo ascos del mestizaje, quizá se consiguiera la primera fusión de las dos razas.

Con los italianos, que llegaron poco después, cuenta la historia que quisieron hacer una república independiente, pero creyeron mejor unirse a los españoles muy afines en cultura y carácter, por lo que la unión de estas dos culturas fue fácil y provechosa. Producido el fenómeno señalado, ya tenemos tres razas mezcladas con las que se formó el núcleo principal de la población actual en un porcentaje muy alto.





La influencia cultural francesa, especialmente en la construcción de la mayoría de los monumentos actuales, determinó la llegada de personal especializado, que no tardó en unirse a la corriente repobladora que imperaba en esta nación.















Los ingleses que no andaban muy lejos, como lo demuestran las dos intentonas para lograr el dominio de Buenos Aires, se retiraron a las cercanas islas Malvinas desde donde su influencia aunque menor también se dejó sentir en esta nación.













Con franceses sumados a indios, españoles e italianos ya tenemos cinco orígenes distintos de población. No podemos descartar a los inmigrantes de origen africano, pues a finales del siglo XIX estaba en su apogeo el comercio de esclavos. Los ingleses y portugueses, que dominaban este mercado, no desperdiciaron la ocasión de colocar en Argentina gran cantidad de africanos, tan necesarios para la construcción del gran Buenos Aires. Con esta última inmigración nos contaba el guía, había pasado un fenómeno inexplicable, que muchos estudiosos de este tema no llegan a entender. Nos consta que en la época de los virreyes había muchos africanos aquí, pero cuando se fue rematando la construcción de esta gran urbe, sin razón aparente, ellos mismos se autoextinguieron. Hoy día será Argentina la nación en que menos africanos se ven, ni por la capital ni por los núcleos más pequeños.











En el cercano Brasil se realizó este fenómeno pero en sentido contrario, ya que la población de color es muy abundante, con la particularidad que es donde más ha mejorado su raza como no lo ha hecho en ningún lugar del mundo. Corrobora esto la despampanante presencia física que lucen hombres y mujeres, que todos hemos admirado en la televisión en los famosos carnavales cariocas de Río de Janeiro.
De toda esta amalgama de razas el genotipo argentino se ha enriquecido consiguiendo ser una persona muy completa y equilibrada. De los Querandíes podíamos decir les ha quedado su amor por los espacios abiertos, su agilidad y resistencia para montar a caballo,como lo acreditan los Gauchos en su cotidiana labor de conducir al ganado por las grandes extensiones de los Pampas. De los españoles quizá la mayor cualidad que les ha quedado sea su amor al trabajo, su continua laboriosidad, su empeño en no faltar a la palabra dada y su profundo respeto y abnegación por conservar los lazos familiares, cultivando las costumbres ascentrales.




















De los italianos podíamos poner en su haber bastantes de las cualidades expuestas anteriormente, pues italianos y españoles entran dentro de las características de los pueblos latinos muy comunes a muchas personas de Europa.














El español que se habla en Argentina tiene unos acentos y entonación que puede tener su origen en el idioma italiano, mucho más variable de tonos, locuacidad innata y menos sosiego en la conversación que el español. De la fusión de estas dos lenguas ha salido el habla argentino, mucho más melodioso, amable y con unos giros de pronunciación y acento que nos encanta oir a los que hablamos el más severo castellano.
De los franceses les ha quedado el amor por el arte y fina sensibilidad para apreciar lo armónico. La coincidencia de que en el siglo XIX y XX estaba de moda el estilo francés, tanto en la construcción de edificios como en parques y jardines, fue muy bien aprovechada por los argentinos para plasmarlo en sus monumentos que admiramos actualmente.








De los ingleses, aunque en menor medida que en las anteriores, les puede haber quedado aunque no sea más que una pequeña pizca de la flema británica. Lo están demostrando el aguantar estoicamente todos los reveses económicos y políticos que sufren actualmente. El magnífico hipódromo que tienen y un no menos bueno campo de polo, donde se celebran torneos internacionales, pueden ser una reminiscencia inglesa.

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