domingo, 11 de abril de 2010

LAS CATEDRALES DE LEÓN Y BURGOS


LEÓN




















La de León llamada elogiosamente “la pulcra leonina,” es una de las importantes de España, no sólo por ser de gótico puro, sino principalmente por tener un conjunto de vidrieras y rosetones único,como pregona el romance muy usado en esta zona que dice:" Campanas las de Toledo / vidrieras las de León / reloj el de Benavente y rollo elde Villalón."















En un viaje reciente a León busqué un hueco para visitarla, pues los que la frecuentamos en la juventud sentimos una atracción especial de disfrutar de su conjunto excepcional.
















En una soleada mañana otoñal entré por la nave central muy despacio como temiendo profanar algo. El bajo sol mañanero traspasaba las alargadas y hermosas cristaleras de su ábside oriental, inundándo de colores el retablo principal, la artística reja, llegando casi a reflejarse en la oscura madera de nogal de su importante coro.















Sobre su importante sillería sobresale la trompetería de su órgano, que en los años cuarenta se usaba con mucha frecuencia para acompañar a los numerosos actos litúrgicos, que se celebraban con el mayor esplendor posible.
Esto me hizo recordar mis años de seminario, cuando teníamos que asistir a las larguísimas ceremonias de la bendición de los oleos celebradas el día de Jueves Santo. Estos oleos recién bendecidos se mandaba lo más pronto posible a todas las parroquias de la diócesis, que las usaban para la bendición del agua en la Vigilia Pascual y todo el año en el bautizo de los niños recién nacidos.
En los días de grandes celebraciones la afluencia de público era masiva y se llenaba por completo la nave central y alguna de las laterales que tenían buena visibilidad, quedando sólo disponibles para nosotros, que éramos casi cuatrocientos, el trascoro. A éste daba el balcón elevado de detrás del órgano donde estaban montados los dos fuelles que le proporciona el aire a presión que necesita.
En aquellos tiempos en que la motorización era escasa, un buen hombre se encargaba de moverlos con una palanca de ida y vuelta, en movimientos acompasados a la cantidad de aire necesarios. En estas largas ceremonias nos divertía mucho ver los apuros que pasaba este operario cuando el maestro organista usaba los registros fuertes y se notaba una caída del sonido, por lo que el encargado de los fuelles tenía que darle a la palanca con un ritmo endiablado que nosotros jaleábamos con el consiguiente regocijo.
Como otras catedrales y monumentos importantes a la de León tampoco le falta su leyenda. Cuentan que en su construcción un gran topo les tiraba de noche lo que construían de día hasta que lograron cazarlo. Sobre el cancel de la puerta principal cuelga una piel, cubierta de polvo, que se parece a la de un topo enorme. Sin ánimo de fastidiar esta leyenda y en honor a la verdad, según los últimos y concienzudos análisis, la tal piel no es más que el corazón de una tortuga gigante.

Si en su interior esta catedral es muy completa, su exterior desmerece algo por el diferente estilo de sus torres, construidas en diferentes épocas y también que en la del Norte los agentes metereología la han afectado más que a la del Sur. Para tratar de consolidarla se aprecian dos cinchos de hierro sujetando las paredes que sostienen el capitel casi macizo que las remata.



El solar de esta catedral lo formaban unas antiguas termas que usaban los centuriones de la Legión VII Gemina fundadores de la ciudad. En unas excavaciones recientes se descubrió parte de ellas y para ser bien contempladas se las cubrió con un fuerte cristal.







BURGOS




















Como hice la mili en Burgos visité varias veces su catedral que guarda un cierto paralelismo con la de León. Ambas fueron construidas en su totalidad en el siglo XIII y del mismo estilo. Aunque no aclaran por qué, he leído en alguna crónica que si no se hubiera empezado a construir primero la de León, la de Burgos hubiese sido diferente.
La de Burgos, especialmente por fuera, ofrece un conjunto armonioso de mucho valor arquitectónico. Destacan sus dos torres gemelas rematadas por dos afilados y bien conservados capiteles. Los arbotantes bien construidos para aguantar la presión de las bóvedas,están adornados con airosos pináculos de piedra . En la parte del crucero destaca un soberbio y alto cimborio con buenas estatuas y entre los huecos de luz detalles labrados con mucho estilo.


















Al entrar en su interior, no sé si por contraste con la de León, se la nota más oscura por tener menos superficie acristalada y con colores menos vivos y transparentes. Admira ver que con los pocos medios técnicos que disponían cualquier catedral gótica tiene unos cimientos de más de diez metros de profundidad y las flechas de sus torres, en algunos casos,sobrepasan los cien metros de altura.
Sobre la manera de construirla dicen que la catedral de Burgos se construyó sin andamios pues suplieron éstos arrimando tierra a lo que construían quitándola después. No se si esto será otra leyenda como la del topo en León, pues imagino que el montón de tierra sería tan alto como la loma del castillo que está muy cerca y domina las demás alturas cercanas a Burgos.
De todas las maneras debemos sentirnos orgullosos los Castellano-Leoneses de tener estas dos joyas góticas representantes de las dos ciudades. Cuando se acabó la época medieval el comercio adquirió gran preponderancia trayendo consigo la pujanza económica. Esto unido al gran fervor religioso de la época, impulsaron la creación de estos singulares monumentos que simbolizan la grandeza de cualquier ciudad.

1 comentario:

Unknown dijo...
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