sábado, 16 de julio de 2011

EL GRAN PEDRISCO


El pasado día 3 de Julio por la tarde, sufrimos en Moratinos y varias zonas de esta comarca, una tormenta que por su gran fuerza destructiva no recuerdo otra semejante.
Sobre las cinco de dicha tarde se fue reuniendo en la parte norte una nube de un color intenso, que venía acompañada de un fuerte viento que levantaba una gran polvareda.
Con esta tremenda fuerza comenzaron a caer piedras secas casi del tamaño de avellanas que al impactar con los cereales, sin haberse mojado antes, produjeron una verdadera catástrofe, dado el estado avanzado de recolección que ya se estaba realizando.















La gran tromba de agua que por desgracia vino después ya mezclada con las piedras, hizo que el daño en todos los cultivos fuera extraordinario.
De los tres cereales que aquí se cultivan el trigo acaso sea el que mejor aguantó el pedrisco. La clase híbrida que ahora se siembra, al tener la espiga compacta y recta sufrió mucho desgrane, pero algún vaso quedó sujeto a la espiga.
En cambio la cebada, especialmente la de dos carreras, tan pronto grana dobla la espiga por su base ofreciendo su punto más débil al granizo que troncha la espiga en su totalidad cayendo al suelo y quedando como mudo testigo de la tragedia la caña que la sustentaba.

Al estar dañada la paja por la piedra pierde mucha calidad y cuando se empaca se convierte en polvo.
La avena, por carecer de espiga, la débil ramificación de la que penden sus granos, son también presa fácil para la piedra, que en poco tiempo da con ellos en el suelo.
Las vezas que no habían sido empacadas para forraje y quedaban en el campo para coger simiente dejaron su grano por el suelo y la rama quedó aplastada al suelo, dificultando su recolección.
Este triste espectáculo que ofrece hoy el campo castellano se ve aumentado por las franjas del cultivo que exige quedar el seguro de pedrisco y que según opinión de un labrador, no puede bajar del veinticinco por ciento de la cábida total de la parcela.
Algún labrador ha pesado el grano para ver si compensa pagar la cosechadora y en alguna finca no ha pasado de doscientos kilos la cebada conseguida por hectárea.
Como el año pasado se pagó bien la pipa de girasol, este año se ha aumentado bastante su cultivo en esta zona.















Contemplando el intenso verdor que tenía este cultivo antes de la piedra, se da uno cuenta de la furia de la tormenta. A pesar de que el girasol tiene un tallo muy fuerte, muchas flores se ven tronchadas y sus hojas y tallo muy dañados por la tormenta.
De estas pérdidas que podríamos llamar mayores por tratarse de grandes extensiones, podemos pasar a las pocas viñas que quedan y los huertos familiares.
La tormenta rompió sus tallos y hojas que no pudieron defender las uvas del racimo que está a la mitad de su desarrollo.

















































Los ciruelos, manzanos y perales, con sus frutos empezando a madurar, muchos han terminado en el suelo y los que se mantienen en el árbol no sé si llegaran a madurar, pues los golpes les han dejado en un estado deplorable.
Tengo un único nogal en la huerta y es el que mejor ha aguantado la tormenta.
















Creo que esto se deba a la dureza tradicional de su madera y a la fuerza de sus hojas que han podido defender en parte a sus fuertes frutos. Estos disfrutan de un doble blindaje donde la nuez se desarrolla segura hasta el otoño.
De los pequeños canteros dedicados a la hortaliza será mejor no hablar, pues han quedado tan dañados que no sé si llegaremos a lograr algún menguado fruto.
Si he tardado en poner esta tragedia en mi blog es por que la experiencia que dan los años me dice que los daños se ven mejor cuanto más tiempo pase.

Triste sino el que ha tenido siempre este oficio de labrador, pues después de trabajar y estar mirando al Cielo todo el año, en una hora la maligna acción de una nube puede dar al traste con todo.

2 comentarios:

studium dijo...

A mi me puedes traer las ciruelas apedreadas o sin apedrear que las como igual.

Anónimo dijo...

GRACIAS...simplemente gracias por conpartir todo esto.