martes, 9 de agosto de 2011

ELECCIÓN DE NOMBRES

Elegir el nombre de los recién nacidos ha tenido siempre sus más y sus menos, pues cada familia de los abuelos siente predilección por alguno que haya tenido especial relevancia en ella.

A veces los padres se ven en una verdadera disyuntiva para quedar bien con ambas opiniones. Muchas veces tienen que hacer valer el derecho indiscutible que tienen.



















Ha refrescado mi memoria sobre esto, la llegada como turista visitando nuestra iglesia de una señora de 84 años, por tanto quinta mía, que nació en San Nicolás padeciendo en primera persona este problema.

Su padre, natural de Moratinos, con el asentimiento de su familia puso a la niña Zulima, nombre muy sonoro y bonito. Además dicen que tiene el ascendiente de haberlo llevado una princesa árabe.

Pero mira por cuanto, a su abuela materna de San Nicolás este nombre no la gustaba nada, pues decía que era nombre apropiado para gatos y otros animales domésticos.

Aferrada a las costumbres de entonces, cuando confirmó a la niña la puso María. Como formula transitoria actualmente se la llama Maruja.


Esta discrepancia familiar fue la comidilla de las solanas en ambos pueblos. Recuerdo con vergüenza la maldad que teníamos toda la chiquillería de San Nicolás repitiendo el dichoso nombre, sólo porsadismo de hacer rabiar a su abuela.

Como sucede en casi todos estos casos, el tiempo y el amor mutuo del as familias lo va olvidando y compensando con más cariño al que lo ha sufrido en su niñez.

Como esta señora se estableció en Galicia y tuvo felizmente once hijos, estos han querido premiar a la fundadora de esta prolífica familia poniendo Zulima a una biznieta.

Una hermana de la madre que no tuvo familia, olvidándolo todo,volcó todo su cariño en otros hijos de su hermana, especialmente en el más pequeño, que pasó su niñez en San Nicolás. Recordando viejos tiempos con esta señora pasamos la mañana muy entretenida.

Por la tarde pasaron dos peregrinos que se habían conocido en el Camino.




















Uno se llamaba Víctor, de Pamplona, aficionado a la poesía. Creyendo que estaba en San Nicolás nos dejó este buen pareado: “Por San Nicolás hemos pasado y buen Camino nos ha costado” También nos dijo que pertenecía a la mayor empresa que hoy tiene España, es decir, a la de los parados.

Su compañero Ernesto, de Nápoles, comentó que ejercía de abogado en esta ciudad.


Una ciclista muy simpática nos dejó esto: "Hacer el Camino está siendo una gran experiencia, me gustaría repetirlo en el futuro porque merece la pena.”


Otra ciclista acompañada por tres compañeros escribió: "Este Camino está siendo muy especial por la compañía, aunque como todo buen Camino, hay manifestaciones de todo tipo. Esperando que hasta Santiago sea todo igual de bueno. Gracias por su amabilidad.”


Me encanta transcribir estas dedicatorias por lo espontáneas y sinceras que son, siendo refrendadas voluntariamente por sus autores en el libro de firmas que llevamos al día, desde la apertura de nuestra iglesia.

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