domingo, 12 de febrero de 2012

TIEMPO DE ESPERANZA

La profesora de Escuelas Campesinas Dª Antonia nos ha puesto como deberes escribir algo sobre Moratinos, para publicarlo en su revista mensual el Veladero. Yo he querido, además, ponerlo en el blog para que tuviese más audiencia.

Según esto quiero contar la historia de Moratinos en estos seis años. Antes de ese tiempo la vida del pueblo era principalmente agrícola, con tan poco aliciente como en otros muchos pueblos de esta comarca.













Promovidos por la gran corriente de peregrinos que convoca el Camino de Santiago, llegaron, ya casi hace seis años, una pareja formada por Rebekah, de origen norteamericano y Paddy, inglés.
Compraron y arreglaron una casa que han convertido, además de su vivienda, "en casa de acogida de peregrinos”.Esta modalidad se distingue de los albergues en que sólo perciben lo que la voluntad del peregrino quiera darles por la acogida.
Según expresa Rebeca en su blog, con este sistema algunos, con su aportación, no cubren los gastos, pero otros, más esplendidos, cubren con creces este déficit. Aunque esto no sucediera su espíritu solidario y amor al Camino Santiago lo aguantaría todo.
Su espíritu de convivencia con los demás vecinos ha sido ejemplar, hasta el punto que Rebekah ha querido darnos alguna noción de ingles, que sinceramente agradecemos, dada nuestra avanzada edad es difícil asimilar.




Unos años más tarde llegó un peregrino llamado Bruno de origen italiano, al que le pareció bien este pueblo para fundar un albergue de peregrinos. Compró una casona castellana que le dio espacio para hacer amplios dormitorios, bar, cocina, aseos y un gran patio donde puso lavadero de ropa con tendederos.
Después de vencer muchas trabas burocráticas y de origen constructor, se logró inaugurar el albergue con el nombre de albergue San Bruno.








Por entonces ya habían empezado la construcción de su hostal la pareja de Daniel y Martina, esta de ascendencia alemana. También compraron una era junto al pueblo, donde con mucha ilusión y medios económicos pusieron en su construcción los más modernos adelantos.
Perforaron ocho sondeos de 200 metros para instalar la calefacción geotérmica que con la aplicación del suelo radiante consigue el máximo confor en las habitaciones, servicio de bar, restaurante y una novedosa sala de lectura.
Con sus vistosas fachadas de piedra noble, donde destaca el cartel de Hostal Moratinos, se ha convertido, a la entrada del pueblo en una atracción singular.
Rompiendo esta tónica de que sean los extranjeros los que marquen la pauta, la familia Velasco, labradores tradicionales en Moratinos, están construyendo un restaurante aprovechando una gran bodega, muy bien construida. Junto a ella han adosado un soleado bar con cocinas y demás servicios reglamentarios.
Con estos cuatro establecimientos esperamos que contribuyan a evitar la decadencia del pueblo y logren hacerse con muchos y buenos clientes, como han hecho los pueblos próximos.








En este mismo periodo de tiempo se ha conseguido recuperar viejas tradiciones. Con nuestro animoso cura D. Santiago se ha logrado recobrar la fiesta del Corpus, según la antigua costumbre. Otra tradición que se celebraba en Moratinos era la fiesta de la machorra, que en su última celebración se reunieron casi 50 comensales.
Por falta de espacio en la revista he tenido que ser tan escueto para poder dejar espacio a otras colaboradoras.

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