viernes, 19 de octubre de 2012

LOS JÓVENES "NINIS"


                                   

De unos años acá se ha extendido la moda de utilizar palabras utilizando  las primeras sílabas de otras palabras para acortarlas. Antes, aunque también se acortaba algún nombre, lo normal era decirlos completos sin tener,  a veces, que adivinarlo como ahora.
A los jóvenes, que fueron los principales causantes de esta moda, no les ha podido caer mejor este nombre que explica su modo de vida y el comportamiento despreocupado de toda obligación: ni estudian ni trabajan.
Siempre se tuvo como la cosa más natural y necesaria aprovechar los años de nuestra niñez y adolescencia para dedicarlos a aprender, cuanto más mejor, las cosas que de mayores nos serían muy necesarias para desenvolvernos con mucho aprovechamiento en nuestra edad adulta.
Cuando por circunstancias de la vida esta preparación no se hacía, no quedaba otro remedio que entrar a trabajar en lo que fuera para ganarse el sustento propio y el bienestar de la familia.
Estas dos obligaciones parece que a muchos jóvenes no les atañe, y despreciando la primera pasan a la segunda creyendo que la vida es jauja y que es lícito vivir sin trabajar convirtiéndose en verdaderos parásitos de la sociedad.




Este anómalo comportamiento puede tener muchas causas pero la principal creo que está en la misma familia. 
Los padres, al tener más medios económicos, se convierten en tacaños para tener  hijos y pasan a ser espléndidos dándoles toda clase de caprichos que les convierten en seres faltos de voluntad para afrontar la vida con la decisión y sacrificio tan necesarios.




 Además de estos “Ninis” se podrían acompañar por otros, que tal vez dimanan de estos, pues ni se les pasa por la cabeza que llegando a una determinada edad deben independizarse de sus padres y vivir su vida según sus gustos. En la mayoría de los casos los gustos de los padres son diferentes por razón de su edad y costumbres que les cuesta mucho abandonar.


Otro “Ninis” que se podría añadir es que, contraviniendo el instinto de todos los seres vivos de perpetuar la especie, ni quieren pensar en tener hijos a su debido tiempo, pues muchos retardan tanto en tenerlos que más que hijos parecen tener nietos.
Está tan generalizada esta idea que el otro día viendo un programa de televisión me impactó mucho el que un joven, a una pregunta del locutor de si pensaba de verdad no tener hijos, lo reafirmó poniendo sus dedos en cruz y jurando por ella, como si se tratara de cometer algún crimen.
Este repugnante comportamiento también tiene un mucho de egoísmo, al no pensar que si él está en este mundo se debió al amor y decisión de una pareja, a la que no  importó aguantar los muchos desvelos que la crianza de un niño lleva consigo.

Estas reflexiones pueden parecer una antigualla, consecuencia de mi edad. Me daría por satisfecho si ayudara a los jóvenes a pensar, que aunque el mundo ha progresado mucho, hay principios inmutables que la sabia naturaleza nos impone, si no queremos que nuestra raza desaparezca engullida por otras, a las que consideramos inferiores.