viernes, 2 de noviembre de 2012

RÉQUIEM POR "EL SALÓN" Y "LOS JARDINILLOS"


 Para los que no sean de esta zona o no conozcan Palencia capital, debo aclarar que "El Salón" y "Los Jardinillos" eran dos parques muy concentrados y coquetos, que daban prestancia y carácter a una capital de provincia, donde sus habitantes vivían sin los agobios de las grandes urbes disfrutando de una ciudad media que puede tener todas las comodidades modernas.
A esta circunstancia se unía el disfrute, además de los parques citados, otros como la Huerta de Guadián, una extensa zona ganada al río Carrión se llamaba la isla Entre dos Aguas y un poco más alejado monte El Viejo, finca municipal que todavía sirve como pulmón de la ciudad.
Hace pocos años, no sé si por esnobismo o darse prestancia, las autoridades gobernantes decidieron renovar el gran salón de Isabel II de treinta mil metros cuadrados, que fue levantado en 1908. 

 Encargaron dirigir las obras a una arquitecta palentina, Carmen Espegel muy moderna y cargada de premios y medallas, que no tuvo otra idea que plantar en medio del parque un burdo armazón de hierro y amplias cristaleras dedicado a auditorio, talando para ello muchos árboles centenarios que eran el alma y atractivo principal del parque.



 Al quedar una extensa zona desprotegida los extremos calores veraniegos hacen que los paseantes llegando a ella aprieten el paso buscando la saludable sombra de los pocos árboles, que como testimonio aún sobreviven.
Acaso mis largos años de labrador en contacto con la naturaleza sean los que me hagan sobrevalorar estos desatinos, que muchas veces son debido a las rencillas que entre si tienen los partidos políticos, y que la opinión pública denuncia cuando ya no tiene remedio.
Gran polémica tuvo la instalación de este auditorio y la tala correspondiente de árboles.
Los políticos tratan de minimizar los hechos dándoselas de modernos y proclamando que la paisana arquitecta está a la última, logrando muchas medallas en sus últimas creaciones.
No sé lo que les enseñara en la universidad a estos señores, pero estoy seguro que el respeto a la naturaleza no entra en su programa.


Otra nueva tropelía se está llevando a cabo en el parque de los Jardinillos. Con este nombre siempre se denominó a un pequeño parque pero muy bien poblado de árboles centenarios que daban cobijo a mucha clase de pájaros siendo un placer en el buen tiempo pasear por sus avenidas.
Cuantas veces recuerdo que en los tiempos después de la guerra los medios con los que contaba la RENFE eran tan precarios, que llegar los trenes con una hora o más de retraso estaba a la orden del día.
En estos casos salir a dar un paseo por los Jardinillos te aplacaba los nervios y te hacía más llevadero el tiempo de espera, que se hace eterno cuando te toca aguantarlo.
Otro tanto a su favor es su situación privilegiada pues tiene la estaciòn de la RENFE y la de autobuses tocando a sus jardines, por lo que todo el que llega a Palencia recibe una buena impresión.


A pesar de todas estas ventajas las autoridades actuales consienten construir en él una pista de skate, “patinaje” en cristiano, que acabará con el encanto más céntrico de Palencia pues parece que a nadie le importa que se lleve a efecto.
Los vecinos del complejo deportivo de los campos Góticos deben de tener muchas influencias pues han logrado que este desaguisado no se lleva a cabo en su barrio.
Casi todos tienen la convicción de que  será la muerte del parque, teniendo Palencia multitud de sitios donde poner esta pista.


 Otro de los grandes y característicos  parques que tiene esta capital castellana es el llamado Huerta de Guadián. En el también se conjugan su hermoso arbolado como monumentos antiguos.
El que más destaca es la ermita de San Juan Bautista, que se trasladó aquí piedra a piedra desde el pueblo de Villanueva del Río, cuando fue inundado por el pantano de Aguilar.



 También se pueden ver a la entrada un conjunto de tallas que el artista Teo Calvo hizo con troncos de olmos viejos. También funciona una pequeña biblioteca de verano. Esperemos que en este único rincón que nos queda no le de a nadie por instalar cualquier invento moderno.
Otro lugar de ocio y esparcimiento es monte El Viejo, propiedad de la ciudad y declarado reserva natural. Desde su mirador se pueden disfrutar de las mejores vistas de Palencia.


 Llegar a él andando proporciona un buen ejercicio físico pues tiene seis kilómetros de subida.
En bici también se puede acceder  y disfrutar de su fantástico carril. Para la comodidad de subir en coche dispone de abundantes sitios donde poder aparcar.
Se puede visitar la Casa Pequeña donde tomarse un porrón de vino. La Casa Grande, el refugio donde está el restaurante y piscinas públicas, o visitar la reserva natural de ciervos.




 Otro moderno conjunto a disfrutar es el llamado la Isla dos Aguas donde se puede practicar muchos deportes.




 Contiene un buen campo de golf, una pista de  de patinaje, campos de fútbol, pistas de tenis, circuitos para correr, voleibol de playa y hierba.... mucho espacio para pasear y hubiera sobrado espacio para hacer la pista de patinaje más moderna.
No se puede atender el capricho de unos pocos en detrimento de mermar el patrimonio de la mayoría.

Según un viejo adagio “hay un lugar para cada cosa y una cosa para cada lugar”                         

1 comentario:

La cueva del río dijo...

Cada vez más, son los ciudadanos los que tenemos que tomar conciencia y cuidar a nuestra Madre Tierra. No nos lo van a enseñar en ningún sitio, y el poder político y económico, tal y como se ve en lo que nos cuentas, a escala municipal, no hace otra cosa que destruir los parajes naturales. Requiem por los árboles centenarios.

Motivo para manifestarse. Aunque también hay otras formas de rebelarse ante eso, y muchas van encaminadas a recuperar la sabiduría de viejos agricultores que durante siglos han estado cultivando la Tierra y obteniendo de ella sus frutos sin utilizar ningún elemento químico nocivo. Sólo agua y estiércol.

Un abrazo desde La Mancha.