miércoles, 22 de agosto de 2012

FIESTA DE SANTO TOMÁS EN MORATINOS


  Este año de 2012 se ha visto muy concurrida por la afluencia de forasteros e hijos del pueblo, que pasan unos días de vacaciones con sus familiares.

Aunque como está establecido, la fiesta es el sábado y domingo después de Nuestra Señora, este año el viernes por la noche ya hubo verbena como prólogo de las fiestas.

El sábado, echando una mano a nuestros ajetreados párroco y ayudante, nos dijo la misa y el sermón a estilo moderno un pariente de Pilar, fraile pasionista.

La procesión del Santo tuvo un nuevo recorrido y con el arreglo de la escalera y piso del campanario se pudo repicar con el diferente sonido de las dos campanas, que en adelante podrán diferenciar el toque festivo al de difuntos, con lo que los vecinos estaremos mejor informados.

 Por la tarde un especialista en juegos malabares nos dio un buen recital con el manejo del diabolo. Siguió con el lanzamiento de mazas y pelotas y giros de platos chinos. Usando un buen recital de frases jocosas nos hizo reír un rato. Con los niños también tuvo sus momentos para hacerles participar en el espectáculo.


También en ese día hubo concurso de disfraces tanto de niños como de mayores que, por la originalidad y buen gusto de los disfraces, constituyó un aliciente muy válido en estas fiestas y animó mucho la verbena con la que se cerró este día.

El domingo, como es tradicional, se celebró la misa con un recuerdo especial a todos nuestros mayores difuntos, que nos precedieron en esta vida y que tendrán siempre un íntimo recuerdo en nuestra memoria.

Por la tarde tuvimos la ya tradicional parrillada a la que acudió gente de los pueblos vecinos.

También contribuyeron los tres establecimientos presentes en este pueblo, que con sus aportaciones lograron hacer más completa y variada esta celebración.


 Con los centros de flores cuidados por algún vecino y las banderitas adornando las calles el pueblo tenía un empaque de alegría festiva muy necesaria en estos tiempos de recesión. 

 




     

martes, 14 de agosto de 2012

VEHÍCULOS DEL CAMINO

El ferviente deseo de hacer el Camino inventa el modo de hacerlo aún para los impedidos, que siempre cuentan con la meritoria colaboración de familiares o amigos.
A primera hora pasó un minusválido que era llevado en una silla de una sola rueda, supongo que para evitar al máximo el roce con el suelo, con dos manillas que portaba el conductor a modo de carretilla.
Para ayudar a este tiraba del conjunto con un arnés otro peregrino que hacia de tractor, consiguiendo entre los dos llevar al impedido cómodamente sentado.
A media mañana pasaron cuatro ciclistas portugueses Pablo y su hijo Junior con dos amigos José y Diego. Visitaron detenidamente la iglesia y me dejaron su foto para que les pusiera en mi blog.


 Comentamos los muchos y bellos palacios que levantaron sus antepasados, intrépidos y valientes marinos, que navegando por todos los mares del mundo lograron inmensas fortunas, especialmente con la ruta de las especias. Emulaban por gastar su fortuna en levantar en su querido Portugal cual a cual mejor palacio o monumento.
Más recientemente han logrado construir espléndidos y largos puentes que son el orgullo de esta nación pequeña en su origen, pero que tuvo colonias muy prósperas por todo el mundo.

Cerca ya del mediodía pasaron dos hermanas madrileñas Ángeles y Cristina García, que portaban unos ramitos de flores silvestres recogidas en el Camino. Con mucha devoción las pusieron en el altar de la Virgen del Rosario y en el de San Roque.





 Este detalle me gustó y las recomendé que pusieran esto en el libro de firmas. Ángeles puso “traido florecillas” y Cristina “con flores a la ermita”
¡Qué sensibilidad la de estas dos madrileñas, que durante el Camino aprecian el encanto de las flores silvestres! Nosotros, acostumbrados a ellas, apenas nos damos cuenta de su belleza.
Por haber pasado muchos peregrinos y ponerles el sello a todos no pude sacarlas una foto igual que a los primeros de la carretilla.
Como recompensa a su buena obra he sacado unas fotos de las flores y de los altares donde ellas las pusieron.