viernes, 4 de septiembre de 2015

MATRIMONIOS EN EL CAMINO





El pasado 25 de Agosto pasaron por Moratinos el matrimonio riojano Lorenzo y Marite haciendo el Camino de Santiago por tercer año. 
Dijeron:  "Partimos de Saint-Jean-Pied-de-Port y este año llegaremos a León, para continuar el año que viene, hasta que lleguemos si Dios quiere a Santiago".  "El Camino es nuestra pasión”
Como llevamos unos días de mucho calor, el fresco de la iglesia les invita a descansar un rato, preguntando por detalles de la iglesia y los modos de vivir en un pueblo.
Si satisfaces un poco su curiosidad no tienen inconveniente en contarte su vida y costumbres de su pueblo, entablándose un diálogo tan directo y sincero como si nos conociéramos de toda la vida.
En este ambiente Marite escribió en el libro de visitas: “Llegamos a Moratinos, pequeño pueblo acogedor y el señor que estaba en la iglesia muy amable y modesto”
Este modesto con minúsculas nos hizo comentar con su marido la sutileza y maña que se dan las mujeres para lograr lo que se proponen.
Al negarme reiteradamente a que pusiera mi nombre para evitar suspicacias propias de estos pequeños pueblos, le hizo comentar a su marido la facilidad que siempre había tenido para dar los más diversos rodeos y diplomáticamente lograr su voluntad.
Coincidimos en que casi en todos los matrimonios se da esta circunstancia, de que el llamado sexo débil nos saca mucha ventaja a los que presumimos de sexo fuerte. 
Acaso la sabia naturaleza las compensa a ellas con este don en compensación por su menor fuerza física.
Acuciados por el calor que se empezaba a sentir partieron para Sahagún, no sin antes dejarme Lorenzo esta dedicatoria y la foto, que para que saliéramos los tres nos las sacó el hospitalero que está cuidando la casa de  Rebeca.

“A los vecinos de Moratinos, pueblo pequeño pero con personas, “vecinos” muy grandes, que con su labor voluntaria hacen que el Camino sea muchísimo más llevadero ¡Un beso muy grande para todos!"

En un nuevo turno, pasadas las once, parece el turno de los ciclistas, pues antes casi no pasan más que peregrinos andando. 
El cansancio que sienten los ciclistas no creo sea inferior a los caminantes. Pues parece que cuando se apean les cuesta andar, no sé si es por el calzado que usan con los automáticos que llevan para adaptarse a los pedales.
Cuando entran a visitar la iglesia producen al pisar un tintineo metálico, que aunque les puede ser un poco molesto, les gusta enterarse de todos los detalles, imágenes y demás objetos de culto.

De esta guisa llegaron Ana y Jesús, matrimonio de Cantabria que vienen haciendo el Camino. Le agradecen al señor Modesto su amabilidad y sus palabras para poder seguir hasta Santiago “un abrazo”
Después de darnos las gracias por tener la iglesia abierta e interesarse como casi todos de nuestras costumbres y modo de vida me contaron algo de la suya.
Jesús trabaja en una empresa que vende maquinaria agrícola y Ana en una empresa de limpieza. 
Comentaba ella con mucha nobleza que con todo lo moderno que quieran poner este reparto de roles, ella limpiaba en la empresa por dinero y también su casa por amor a la familia.
Su ilusión como la de tantos padres era que estudiaran sus tres hijos aunque les costara muchos sacrificios, que daban por bien empleados si con ello lograban elevar el nivel de vida de ellos.
Aunque la familia ha cambiado mucho durante estos últimos años y trabajan los dos; en la mayoría de los matrimonios aunque el marido tenga la voluntad de ayudar, el peso de llevar una casa recae casi siempre en la mujer.
El día a día nos demuestra que para el buen funcionamiento de un matrimonio la pareja, además del amor y el entendimiento mutuo, ha de procurar no mezclar los papeles de ambos y perdonar siempre las debilidades de cada uno.
Perdonad que hoy me haya puesto moralista y que muchas me tachéis de machista como ahora está de moda, pero considero que las feministas están abusando un poco de esta corriente, con lo que por desgracia no se arregla el problema, y parece que por contagio aumentan los crímenes que llaman de género.

En otro turno llegó un ciclista peregrino madrileño que bendecía el recuerdo de su madre y no podía olvidar lo que le había enseñado. Para demostrármelo recitó de memoria este corto pero edificante poema, con el que cierro esta crónica.
                   
                                      Como el almendro
                                      Has de ser en los rigores
                                      Si un duro golpe recibes
                                      Suelta una lluvia de flores.

Lamento que con las prisas no pude coger su nombre y foto.

             Más de estos temas “En Solteros-Viudos “ de 5 de Marzo del 2010
                “  En el drama de los divorciados 8 de Octubre del 2008                  

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