lunes, 5 de septiembre de 2016

ENLACE RAISA Y ÁLVARO


El pasado día 27 de Agosto del 2016 en el monasterio de Santa María de Valbuena se celebró la boda de nuestros queridos nietos Raisa y Álvaro que fueron acompañados por familiares de ambos y muchos amigos.

De Moldavia llegó un grupo de familiares y amigos de la novia, que quisieron celebrar la boda según las costumbres de su país con lo que resultó muy variada e interesante.

Todo ello bajo los arcos de este monasterio cisterciense del siglo XII fundado en1143 por Dña Estefanía, condesa de Urgell y nieta del conde Ansúrez. 
Sufrió varias exclaustraciones al principio del siglo XIX causadas por la desamortización.
Después de tener varios propietarios, en 1964 fue adquirido por el arzobispado de Valladolid que le nombró centro de Las Edades del Hombre.
Este monasterio, que como todos los de su época, se asienta sobre la fértil vega del Duero, con lo que los frailes lograron una inmejorable huerta que cubría sus necesidades alimenticias, y como complemento el vino que lograban plantando unas buenas viñas, que hoy tienen la denominación de origen Rivera del Duero.

No tenían ningún empacho en declarar con el topónimo de Valbuena las excelencias de este lugar para fundar un monasterio.
A este respecto recuerdo otro monasterio fundado a las orillas del río Carrión, que pomposamente llamaron “Bene Vivere” proclamando lo bien que se vivía en el.

Reunidos en la amplia iglesia, que hoy es la iglesia parroquial del pueblo, se procedió a la ceremonia del casamiento de nuestros nietos por el veterano párroco de Grijota D. Onésimo y conocido nuestro por haber estado varios años atendiendo a unos pueblos tan pequeños como Moratinos.


Terminada la misa se realizó una suelta de globos, que con el viento en calma y mucho calor, resultó espectacular.



Después pasamos a un hermoso patio del claustro, cubierto de espeso césped y adornado con cuatro cipreses en cada esquina, donde nos sirvieron unos entremeses tan variados y completos que la mayoría cuando entramos en el comedor nos sentíamos ya satisfechos.






Empezaron con bebidas de todas clases para contrarrestar el calor reinante, siguieron con las más variadas colección de tapas cual a cual más sabrosa servidas con abundantes camareros que se esforzaron mucho por complacer al comensal.

Luego pasamos al comedor, antiguo refectorio de los monjes cubierto con una impresionante bóveda gótica, donde quince mesas redondas, bien distribuidas por afinidad y edades, nos sentamos y empezamos la odisea, para los de aquí, de aguantar, cada plato que servían los cánticos y bailes de los invitados de la novia.

Con este ceremonial, no extrañó que la comida se alargara hasta las nueve de la noche.
Para abrir el baile los novios nos obsequiaron con una entrada de bailes fastuosa que seguro a los novios les costó varias horas ensayar. Pero como todo lo que cuesta vale resultó muy vistoso por ser realzado con luces de bengalas encendidas en la semioscuridad de la sala. Hasta altas horas de la madrugada duró el baile quedando todos muy contentos tanto del escenario excepcional que constituye este monasterio histórico, como del restaurante que nos sirvió el banquete, con una serie de detalles que a veces nos parecen nimios, pero que indican el gran esmero de estos restaurantes de cinco tenedores tienen ya estudiado de antemano para que todo resulte del agrado del comensal.

Nuestra enhorabuena más cordial a nuestros queridos nietos Raisa y Álvaro por el gran día que nos dieron, y que permanecerá en nuestro recuerdo para siempre.               

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